Asegura Lance Armstrong, en su ya famosísima declaración televisiva, que es "imposible ganar siete Tours sin doparse". Imposible no es lo mismo que "difícil", que es la palabra que debería haber empleado, ya que con su declaración deja abierta una duda acerca de tantos y tantos deportistas que seguro, es lo que quiero pensar, han sido honrados en sus logros.
Quizá no escogió, el estrellado deportista, sus palabras a la hora de justificar su propia deshonra, y dejó entrever de una forma explícita que lo que ha hecho él lo hacen todos, aportando como prueba testimonial el hecho de que sin "drogas" no hay triunfo. Pues me gustaría decirle al afligido señor Armstrong que sin drogas sí que hay triunfo, y como muestra un botón: sus siete Tours se han ido por el sumidero por culpa de eso precisamente, de doparse.